“No eres tú, soy yo.” Hemos escuchado esta frase (ojalá pocas) veces en nuestra vida, pero hoy te pido que olvides a quién te lo dijo a tí y que ahora seas tú quien la digas tu A TODOS LOS QUE TE RODEAN.

Sí, es así de fácil; no son ellos, ERES TÚ. No es el mundo el que te estresa y te amarga y te enfurece. ERES TÚ. No son los colegas hipócritas, los empleados inútiles, los jefes insolentes, los hijos rebeldes, el esposo machista, la suegra imprudente. ERES TÚ. Tu ansiedad y frustración vienen desde adentro, desde lo más profundo de tus inseguridades, de tu soberbia, de tus miedos y de tus angustias. Y la buena noticia es que son igualmente fáciles de solucionar ya que no tienes que cambiar a nadie, la única persona que debe cambiar ERES TÚ. ¿Sencillo, cierto?

Bueno, no tanto. Todos sabemos que a veces es más fácil “echarle la culpa a la vaca” que asumir nuestra responsabilidad en el asunto y trabajar en nuestro cambio interno. He aquí donde la Meditación y el Yoga para mi, han sido un regalo divino. Así que hoy te regalo 3 técnicas para aliviar la ansiedad que el día a día suele traernos.

1. Siéntate en una silla cómoda o en el piso con tu espalda apoyada contra la pared. Cierra tus ojos, observa el flujo natural de los siguientes 7 ciclos de respiración. No cambies nada, solo nota como está tu respiración en ese momento. A la octava respiración intenta contar 4 segundos al inhalar y 5 segundos al exhalar. Continúa otros 7 ciclos de respiración. Al octavo, intenta volver a observar tu respiración natural ahora, notar si algo ha cambiado en ella, en las pulsaciones de tu corazón, en tu estado de ánimo. Lo más probable es que encuentres una calma que parecía lejana hace solo cinco minutos atrás.
2. Sírvete una taza de té o aromática. Siéntate en un asiento cómodo y toma la taza con tus dos manos. Cierra los ojos y siente el calor de la taza como va cambiando tu propia temperatura corporal. Acerca tu nariz y toma una respiración profunda, lenta y larga. No abras los ojos. Vuelve y respira su aroma. Exhala lentamente por la nariz, permite que los hombros se relajen como cuando suspiras. Ahora toma un pequeño sorbo y déjalo en tu boca, dale vueltas, moja toda la lengua y encías y pasa el sorbo. No abras los ojos. Toma otro sorbo, y otro….y otro. Termina toda la taza sin haber abierto los ojos una sola vez….verás como la ansiedad ha salido de ti y una gran sensación de calma ahora se asienta en tu corazón.
3. Toma un cojín y acércate a una pared. Recuesta tus caderas sobre él y eleva tus piernas apoyadas en la pared, tu acostado en el suelo. Deja las piernas separadas y relajadas un poco más ancho que tus caderas. Tus brazos en forma de candelabro o cactus, con los codos a la alturas de los hombros y los antebrazos relajados en el suelo. Si tienes una toallita para poner sobre tus ojos, hazlo. Si tienes una goticas de aceite esencial de lavanda, aprovecha y pon un par encime de la toallita. Reposa aquí por la cuenta de las siguiente 30 respiraciones. Intenta que tu mente solo se concentre en contrarlas…”inhalo….exhalo….va 1. inhalo…..exhalo….van 2″. Con seguridad al llegar a las 30 ya tu mente ha descansado y el sistema nervioso parasimpático ha sido activado para tu reposo y digestión. Sal de la posturas dejando caer tus piernas hacia el parcho y luego reposa en posición fetal unos segundos de medio lado.

Estas son solo 3 de más de una docena de técnicas y tipos de relajación que trabajamos en nuestra Maestría en Yoga. Estamos reuniendo las más efectivas en cortos videos y audios que podrás llevar en tu dispositivo móvil contigo a donde las necesites. Solo basta con conectar tus audífonos para desconectarte de lo circundante por 5 minutos y volver renovado. Que gusto saber que todo depende de nosotros y de más nadie…que mi paz interior es mía para controlar y no hay que permitir que nadie la tome, la quite o juegue con ella. Disfruta ese regalo único que es la respiración para tu bienestar y calidad de vida.