Mi maestro me enseñó que todo es posible; lo que ayer considerábamos imposible y calificábamos como ciencia ficción hoy estamos siendo testigos de múltiples manifestaciones. 

La clave es aprender a mantener nuestra mente; de saber cuidarla, usarla, observarla.  La base para poder crear el mundo que queremos ver, es crear la mente que queremos tener.  

Si aún estamos bajo el control de una mente que nos llena de miedo, de juicios, de rencores, de inseguridad y ansiedad, será muy difícil poder manifestar otra cosa que no tenga a esas emociones como protagonistas.

Para cuidar la mente, cuidamos los pensamientos y para ello el primer paso es MEDITAR.  Algo que yo equiparo con vaciar la papelera de reciclaje de tu computador una vez has revisado todos los archivos pensando "esto lo guardo", "esto ni sé que es", "esto ya no me sirve"...

De la misma forma al meditar lo que hacemos es tener HIGIENTE MENTAL.  Limpiar aquellos pensamientos y esa mente de mico que no hace sino brincar de un lugar al otro, gastando demasiada energía en movimientos innecesarios.   

Una vez que organizas tu mente a un nivel ideal ella a su vez organiza todo el sistema: tu cuerpo, tus emociones, tu energía vital.  Todo en unísono.  Cuando logramos esta alineación es que podemos traer toda visualización a la manifestación.

MENTE: no es solo la meditación, se trata también de tus pensamientos, de tus tendencias, de los juicios que emites, de las historias que te repites.  De la misma forma, debes prestar atención a la información con la que la nutres, las cosas que te permites escuchar, ver, leer.  Elige bien,

CUERPO: indispensable nutrirte adecuadamente, respirar apropiadamente, hidtratarte abundantemente y por supuesto, incluir movimiento consciente: yoga, entrenamiento, caminatas en la naturaleza, danza, deportes.

EMOCIONES: gestionar tu cuerpo emocional inicia con reconocer tu sistema de creencias, tus bloqueos energéticos, tus deseos heredados que persigues sin certeza de que sea realmente un deseo tuyo.  Es importante trabajar en tu inteligencia emocional. tu reactivdad, tu discernimiento, tu capacidad de asimilar la información de manera neutral. 

ENERGÍA: por último, la clave está en cómo nutres tu campo energético.  Observa con atención el lugar en el que vives, la familia que te rodea y su energía ¿te nutren o te drenan? Así mismo, observa la ciudad en la que vives ¿te nutre o te drena? 

Todos estos elementos son básicos para poder manifestar en tu vida algo diferente a lo que estás viviendo en este momento.  Tener el poder de cambiar la realidad que ves depende de tu poder de cambiar tus hábitos, tus rutinas, tus creencias de lo que es posible para ti. 

La clave: no te dejes de último. Que tu práctica espiritual sea prioridad en tu vida de alineará con oportunidades laborales, personales , experiencias, crecimiento y todas las expresiones magníficas del mundo que sueñas vivir.